Una noche soñada

Al ingresar a la recepción en la pileta, felices, se iniciaba
una noche inolvidable.

Ese Sábado fue un día nublado y los pronosticos garantizaban lluvia todo el día. Nos despertamos a las 8 AM muy ansiosos por todo lo que faltaba terminar el mismo día del casamiento (aunque uno quiera organizar todo con detalle y prolijidad siempre aparecen los imponderables que complican). Desayunamos en el "Hotel San Miguel" y durante todo el día rezamos para que no llueva y se pudiera hacer la recepción en la pileta.

Increíble, pero esa noche fue la mejor de todo el verano en Necochea, no hacía ni frío ni calor y no corría nada de viento con lo cual desde ese momento nos dimos cuenta que finalmente todos los rezos, cábalas y deseos habían funcionado. Y que esa sería nuestra noche sin lugar a dudas. Fue una noche soñada de ahí en adelante.